Y llegamos al fin de un ciclo
exitoso de veladas flamencas en las tabernas de Montilla, unas tabernas que se
han distinguido por su tradición y por la defensa de los vinos de
Montilla-Moriles. En ellas, el paisaje de las botellas y de los catavinos acompaña
al rumor de las tertulias sobre la vida cotidiana y aquellas más trascendentes
de la política local, provincial o nacional. Por eso; la presencia del cante
flamenco les ha proporcionado el recuerdo de un pasado no muy remoto en el que
este elemento se acoplaba a la perfección al binomio tertulia-vino en estos
auténticos casinos del pueblo.

Hoy nos acompañan los artistas
locales Mariví Herencia, Luis Pérez y Curro Cruz. Mariví, es una cantaora
joven, muy joven, que se está iniciando en el mundo flamenco al abrigo de la
Peña “El Lucero”, con una bonita y poderosa voz que modula con buen gusto.
Luis Pérez, que podría haber sido profesional del cante por su conocimiento, capacidad y buen gusto flamencos, es un cantaor largo de voz envolvente que sabe medir y cortar el cante a compás y un gran conocedor e intérprete de los cantes de Córdoba, sobre los que ha disertado en peñas flamencas ilustrando con su voz. Asiduo peñista, socio fundador de la Peña “El Lucero”, ha presentado la “Cata Flamenca” en diversas ocasiones. Es un músico integral, que disfruta con toda la gama de estilos, tanto flamencos como melódicos. A la guitarra le acompaña Curro Cruz, que ha participado en todos los actos de este ciclo con su guitarra versátil, rica de matices y adaptada a la idiosincrasia del cantaor. Es uno de los guitarristas oficiales de la Peña, en la que ejerce una actividad docente en clases y tertulias muy apreciada para mantener el pulso flamenco entre los socios.
La actuación de Mariví fue
variada en estilos, de los tientos tangos a los romances, de la petenera a las
alegrías de Cádiz. Su bien hacer en el escenario, hace prometer un futuro de
éxito a esta artista montillana.
Luis Pérez entró con ganas de
complacer, y bien que lo hizo, en su doble faceta de cantaor y de difusor de la
cultura flamenca. Los cantes que nos dejó tuvieron el sabor de lo antiguo, de
lo no frecuentemente manido en los recitales flamencos, ilustrándolos con su
palabra de autorizado conocedor del cante. Las melodiosas malagueñas con remate
de rondeña; la soleá sentida y bien medida; los fandangos de Cayetano, Rivas o
Dolores la de la Huerta; aquellos de Almería o la Cartagenera constituyeron el
núcleo de su actuación, que remató con la bulería alegre rítmica.
Muchos de los asistentes se
quedaron a comentar la velada, y no se conformaron con la palabra, sino que fue
el cante del aficionado el protagonista del resto de la noche flamenca.
Animamos desde esta crónica al
Excmo. Ayuntamiento de Montilla y a la Peña “El Lucero” a que este ciclo sea el
primero de una larga serie de ellos, en pro de la promoción de las tabernas,
sobre toda la de aquellas que apuestan diferencialmente por los vinos de
Montilla-Moriles, y por acercar el cante flamenco a la población más joven, que
encuentra en este foro tabernario: un ambiente ideal para la comunión de vino y
cante.
LUIS NAVARRO
Gracias a la peña flamenca el lucero por confiar en la taberna bolero para el cierre de estas jornadas del flamenco en las tabernas , donde la taberna es una de las cunas del flamenco y que mejor cierre que con una marivi excepcional un Luis Pérez pletorico que cantó en su casa con los suyos y la mano sabia de curro cruz.
ResponderEliminarGracias a todos de parte de un tabernero.