26 mayo 2014

CRONICA DE LOS JUEVES FLAMENCOS EN LA TABERNA LA CHIVA

El jueves 22 de mayo, vuelve el flamenco a las tabernas montillanas, por iniciativa del Excmo. Ayuntamiento de Montilla, con la colaboración de la Peña Cultural Flamenca “El Lucero”. Y lo hace a la emblemática taberna “La Chiva”, fundada en 1935 y remozada en la actualidad en un acogedor establecimiento para disfrutar de los vinos y la comida montillana tradicional. Lo vuelve a hacer utilizando los mismos ingredientes que participaron en las anteriores ediciones de este ciclo: ambiente tabernario, intérpretes jóvenes, sin uso de otra megafonía que la que proporcionan la voz del cantaor/a, la sonanta y las ocasionales palmas que acompañan en los cantes de compás. El ambiente de intimidad realzado por el respetuoso silencio del público, junto con el estado de ánimo que produce el vino generoso, hacen que se produzca el prodigio de la comunicación y que afloren los duendes flamencos en la voz y el sonido de la guitarra.
Vino de Montilla, poesía y flamenco, bebido en la taberna, se encuentran en estas bulerías compuestas para el vino joven montillano por Manuela Domínguez (Aroma, verso y compas: comunión de sensaciones, 2011):


Di, ¿qué es esta algarabía
que las piernas se van solas?
¿Qué vino es el que me has dado
que sabe fresco en la boca?

Si bien pareciera un sol
en un jardín de frutales.
Si pareciera un topacio
pálido, limpio y brillante

¡Qué bien suena la guitarra!
¡qué tronío, tabernero!
échale vino a ese vaso
que abre las puertas del cielo.

¡Que arte tiene esa gitana
cuánto son tiene su baile!
¡si pareciera un nenúfar
en el agua de un estanque!

Por la sal que ella derrama
de “Graná” o de Sevilla
y el vino por su sabor
de Córdoba y de Montilla

Dímelo ya tabernero
que Andalucía me puede,
Ella baila bulerías.
El se llama “Vino Nuevo”


Esta noche nos acompaña Felipe Fernández al cante y Curro Cruz acompañándolo a la guitarra. Felipe es un cantaor joven de Lucena que se atreve, por vocación, a recorrer el difícil camino de arte. La comarca de Lucena, a la que se podría incluir los municipios de Cabra, Puente Genil, es una zona prolífica de cante y cantaores flamencos. Por esta ruta comercial han circulado no solo las mercancías procedentes de Málaga sino también sus cantes, que fueron matizados y enriquecidos por los artistas locales: los fandangos de Lucena. Dolores la de Huerta, Cayetano Muriel, Rafael Rivas, Curro de Utrera, Curro Lucena, Fosforito, Curro Lavado, Julián Estrada se cuentan entre sus más destacados creadores e intérpretes.
Felipe es un cantaor que en la actualidad se está fogueando en el mundo de las peñas y de los concursos de jóvenes intérpretes, en los que participa con éxito: finalista de Jóvenes Flamencos de la Diputación de Córdoba, o la equivalente de la ciudad de Nerja. El primer premio del Concurso “Agustín Gómez” o el mismo reconocimiento en el titulado “Cuando llega el duende”, que se celebró en el madrileño Café de Chinitas avalan su trayectoria artística. Su voz natural, flamenca, dice los cantes de una forma ortodoxa, haciéndolos plenos de su sensibilidad y sus ganas.
En esta ocasión nos dejó un sugerente racimo de cantes con muy diversas sensibilidades artísticas, desde la “granainas” de Chacón a las soleares de Triana de Mairena o el Arenero; desde las alegrías de La Perla a las malagueñas de La Peñaranda, que remató con fandangos de Lucena, Cabra y Puente Genil. Los tientos tangos y un surtido muestrario de fandangos completaron su actuación. Curro Cruz volvió a ser el acompañante a la guitarra de este ciclo; una guitarra versátil que se acomoda con rapidez a las exigencias de los artistas, dado su gran sentido del compás, su sensibilidad y los recursos técnicos que atesora.

LUIS NAVARRO

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